Cómo liderar y/o conectar con la Generación Z en el mundo laboral

El mundo laboral está viviendo una metamorfosis silenciosa pero poderosa. La irrupción de la Generación Z —nacidos entre 1997 y 2012— no solo ha traído nuevas herramientas y canales de comunicación, sino una transformación profunda en las expectativas, motivaciones y formas de vincularse con el trabajo. Y para quienes pertenecemos a la Generación X o incluso a algunos Millennials (Generación Y), adaptarnos a este nuevo paradigma puede resultar desafiante.

Lo primero que debemos comprender es que, para la Generación Z, el trabajo no se trata exclusivamente de dinero. Se trata de libertad, propósito y bienestar integral.

Según datos recientes de Forbes y Harvard Business Review, más del 70% prioriza la flexibilidad laboral sobre los beneficios tradicionales como seguros o bonos. Además, más del 50% de estos jóvenes aspiran a crear su propio negocio en algún momento.

Muchos líderes formados bajo la lógica de jerarquía, control y permanencia deben hoy replantearse cómo atraer, fidelizar y desarrollar a estos colaboradores. La clave no está en imponer, sino en acompañar. No quieren jefes: quieren mentores. Quieren guías que les inspiren, no supervisores que les vigilen.

En este contexto, la economía del GIG, las plataformas de monetización de contenido como TikTok, Instagram y YouTube, y el auge del trabajo remoto han democratizado el acceso al emprendimiento y han dado forma a una generación que valora más la autonomía que la permanencia.

Desde mi experiencia en consultoría estratégica de la gestión del talento y análisis conductual, aquí algunas claves para conectar efectivamente con estos talentos emergentes:

1. Cambia la figura del jefe por la del facilitador: El liderazgo tradicional basado en la autoridad jerárquica está obsoleto para ellos. Necesitan líderes empáticos, con habilidades de coaching, que generen espacios de confianza donde puedan experimentar, equivocarse y crecer.
2. Co-crea las reglas del juego: Involucrarlos en la toma de decisiones, definir juntos objetivos y permitirles participar en el diseño de su rol, genera compromiso auténtico. Lo que no se co-crea, se resiste.
3. Reconoce su necesidad de impacto: Esta generación necesita sentir que su trabajo tiene sentido. No subestimes su deseo de contribuir a causas, innovar procesos o desafiar lo establecido. Darle espacio a esa energía creativa puede ser el mayor motor de transformación interna.
4. Apuesta por la micro formación y la autoeducación: Valoran aprender a su ritmo y en formatos breves. Incorporar recursos digitales, cápsulas de contenido o plataformas tipo e-learning es clave para mantener su interés y evolución constante.
5. Diseña experiencias, no estructuras: Olvídate de los organigramas estáticos. Piensa en redes de colaboración, comunidades de aprendizaje, proyectos de innovación transversal. Ellos funcionan mejor en entornos líquidos y adaptables.

La Generación Z no es una amenaza. Es una invitación a replantearnos lo que damos por sentado, a actualizar nuestras formas de liderar; y sobre todo, a evolucionar como personas y organizaciones. Adaptarse ya no es una opción: es un acto de inteligencia y humildad.

Hasta la próxima vez,